El primer semestre de 2020, que tanta ilusión se ha hecho en el sector de la televisión al comenzar el año es de las peores, asemejando a 1999. Todos los planes que tanto esfuerzo han hecho han terminado acabado por cuenta de una pandemia que no estaba en las cuentas: Covid-19.
Ahora, estimando las pérdidas que pudieran tener el sector de la televisión, nos damos cuenta que los que mejor se defienden no solo el semestre que pasó sino este y los que vienen, son de los que saben prever ante los cambios tecnológicos mucho más avanzados que se verá ésta década. Pero también hay de los que saben manejar la crisis hasta cierto punto, incluso, de los que creen que supo vencer y de repente ya se da por culminado.
Empecemos con lo público o a través de las autoridades, desde el Ministerio de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones pasando por la Comisión de Regulación de Comunicaciones ha sacado lo peor no solo contrariando la voluntad popular sino imponiendo retos y hasta ahorcar a los necesitados cuando no están en actividad por cuenta de la Covid-19. La imposición de decretos que bien podía haber sido leyes como por ejemplo la 464 en su primer artículo declara a la televisión como un servicio esencial, es un gran reto y qué ocurre, cómo abordarlo y mantener, y como fuera, todos malabarean ante este mandato.
Y qué decir del nefasto decreto 516 en la que bajó la cuota de pantalla nacional buscando que a través de FonTIC adquirir programas extranjeros olvidando el recurso preciado de echar a andar todos los programas que le pasaron las programadoras de televisión desde su existencia hasta hoy, menos mal, la Corte Constitucional lo derogó.
Ante la alta demanda de televidentes afectados sobre los contenidos que ofrece la televisión abierta, y cuando ahora existe la posibilidad de sancionar moralmente a los concesionarios y a uno o varios programas en específico, la CRC se les ocurrió cesar toda acción sancionatorio y hasta les permitió la repetición de los programas de defensoría de televidente.
Peor aún, bajo el marco de la emergencia económica, los canales RCN Televisión y Caracol Televisión dejaron de pagar en este semestre 32.018 millones de pesos por sus concesiones que fueron prorrogados a escondidas en 2018, es decir, plata menos que se verá al FonTIC y todo para evitar que las compañías perdieran dinero e incluso tener que devolver los espectros.
Ahora vamos por lo privado, en este caso los dos canales privados y la programadora del Canal Uno, si hablamos de programación, unos son de cal y otros de arena, de cada quien puede sacar conclusiones sobre su programación que le ha brindado durante la pandemia.
Si hablamos de cuanto pierden, creería que mucho, a pesar que para los canales privados lo sostiene un grupo económico, esto hace más complicado. La situación de RCN Televisión, no podía llegar en un momento ideal, cuando se estaba recuperando de las pérdidas, llega la pandemia y todo vuelve a perder como antes. No sé si para Plural Comunicaciones fue lo peor que le puede pasar, pero para una compañía que ingresa poco y pierde mucho y a pesar que el dueño promueve la austeridad con tal de hacer sostenible es mejor pensar que no hay futuro sino presente.
Peor aún el espacio de Prevención y Acción, que se supone que no aplica Estatuto de Oposición y todos los canales se conectan como si fuera obligación. En vez de dar solución, da ganas de llorar y buscar cómo entretener, porque hasta los noticieros omiten otras informaciones internacionales y que quizá sirva como experiencia.
Las intenciones de culturizar al país pagando por ver los partidos del Fútbol Profesional Colombiano, afortunadamente se les cayó no por la demanda, sino porque no supo darle el manejo para que la gente si no va a concurrir al estadio, ni decir que Win Sports S.A.S. deja sino pérdidas como empresa y lo pueden leer sus estados financieros.
Es un pesar que la avalancha de nuevas producciones de los canales regionales producto del FonTIC que, hasta hoy está viendo resultados que ni el FonTV ha conseguido no sean suficientes para pensar que pasaron muchas cosas buenas que malas en el sector de la televisión.
El panorama no solo del semestre que pasó es lamentable, sino que para lo que queda en 2020 es poco prometedor. Lo que sí queda claro es que para después de la pandemia ya no será igual.
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