(Música).
-¡Ay Manuel!, bájale a esa música tan fea que me tiene con dolor de cabeza.
-Manuel ven para acá muchacho no perturbes a tu abuela con esa música que espanta hasta las brujas.
-¡Ay abuelo! entiéndeme ombe.
-Si mijo, pero tú sabes que lo mío son las tamboras al igual que tu abuela, eso sí es música buena
-¡Ay abuelo! déjate de brujerías
-ujummmm, hablando de brujería, ven y te cuento algo que me paso hace rato pero apaga esa música, tráeme el tambor por favor.
-(Tambor)… Esto si lo deberías aprender a tocarlo, pa cuando yo muera seas tú quien lo toque.
-¡Y aja abuelo!, ¿Qué es lo que me vas a contar tú?
-Es que cuando dijiste brujería ajo me acorde que una vez nos invitaron a tú abuela y a mí, a tocar tamboras en las fiestas de San Simón, eso es por allá en Simiti. Estábamos muy entusiasmados pero cuando yo tuve que ir a la finca la unión de mi compae Catalino; A buscar unas yucas, unas mazorcas, y un maíz pa los animales, me paso algo de regreso y no pudimos ir a esa fiesta
-¡Abuelo! ¿Y que fue lo que te paso?
-Cuando venía de regreso mijo, ya oscureciendo eso sí, en la división escuche una risa…
-(Risa, risa, risa, risa).
-¿Y quién se reía abuelo?
-Una bruja mijo.
-¡Una bruja abuelo!, ¿Tú que hiciste? ¿No te dio miedo? ¿Tú crees en las brujas?
-Un poco, hay quienes no creen en ellas pero… De que las hay las hay, pero yo sabía cómo agárramelas.
-Y agarrarlas, ¿Cómo así?
-¡Pues mijo con secreto!, pues te cuento...
Yo me baje del burro lo amarre en una raíz, y le puse el secreto a la bruja...
-¿Un secreto abuelo? ¿Cómo es eso?
-Eso es una oración que me enseño mi vis abuelo, pues resulta que apareció una mujer delante de mí. Morena de pelo larguísimo que le llegaba a los tobillos, y muy bien parecida.
¿Y qué te dijo?
-Jajajaja, estaba como dominada por el secreto que le puse, me dijo que podía hacer con ella lo que quisiera.
-¿Y que le hiciste abue?... NO ME DIGAS QUÉ…
- ¡Aja mijo… Me la cogí!
-¡Te la cogiste abuelo!
-Así como me oyes; ¡Yo me la cogí!
-¡Uy abuelo!, ¿te cogiste una bruja?
-Claro mijo pa eso me crie comiendo buen pescado.
-Y aja, ¿todavía hacías esas cositas?
-Si pero aquí es donde está el detalle, después que me la cogí me quede dormido
-(Música para dormir)
-El burro en la mañana fue el que me despertó con su rebuznar….
-Ujummm, y me di cuenta que tenía la camisa ripiada, y el pantalón todo untado de mierda de vaca, ni hablar del burro, tenía la grin enredada, y la carga que traía estaba regada por todo el suelo.
- ¿Y qué paso cuando llegaste donde mi abuela?
-¡Ay! esa mujer estaba como una mapana, bien brava. Tuvo que venir mi compae Catalino, a conciliar y solo hasta el año siguiente fue que pudimos ir a las fiestas de San Simón.
-¡Abuela, Abuela! venga acá un momento, ¿es verdad que el abuelo se cogió a una bruja?
- Ay mijito, es que tu abuela era muy mujeriego y sinvergüenza, lo compuso fue la próstata.
-Jajajaja, tu abuela y sus cosas.
-¡Ay abuelo!, más bien vámonos a la guacherna de doña Petrona que eso allá está muy bueno, eso ni que bruja ni que más.
-Abuelo, abuela, vamos que esa fiesta está es prendida.
(Música de guacherna)
-Eso si es música, eso si es tradición; Cierto mijo tráigase una chicha para la sed!.
-Listo mija, tu sabes que tus deseos son ordenes pa mí.
Manuel mijo ven conmigo, acompáñame!
(Música)
- Oye abue, fíjate en ese tronco de mujer que está sirviendo la chicha!.
-¿Qué paso con ella mijo?
-Yo veo que te está mirando mucho. (Música)
- Óyeme doña y esa chica tan sabrosa, ¿Qué es lo que tiene? ¿Cuál es el secreto?, porque así como usted la prepara me llevo hasta la tinaja hasta la casa.
-¡Aja, ese es mi secreto! (Risa malévola).
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